No es un sueño. No es una utopía. Es más real que acostumbrarse.
Nosotros pedimos un rediseño sencillo de nuestra cultura, en el cual las antiguas insuficiencias de la guerra, pobreza, hambre, deuda y sufrimiento humano innecesario sean vistas no sólo como evitables, sino también como totalmente inaceptables. Cualquier cambio menor simplemente terminará en una continuación del mismo catálogo de problemas inherentes al sistema actual.